Hacer negocios en números rojos: por qué el optimismo a veces juega en tu contra
Sobre el poder y los peligros de seguir adelante siempre
Como emprendedor, usted tiene una tendencia natural a mirar hacia el futuro.
Seguir viendo oportunidades.
Para pensar: "esto estará bien" – incluso si los números en la pantalla dicen algo completamente diferente.
Y a menudo es ese optimismo el que te ha traído hasta aquí.
La mayoría de los negocios no empiezan por precaución, sino por valentía. Por un sueño.
Y ante cada revés (coronavirus, aumento de precios, ventas decepcionantes), a menudo es ese mismo optimismo el que nos hace arremangarnos de nuevo.
Porque rendirse no es una opción.
Has pasado por momentos difíciles antes.
Y siempre lograbas volver a levantarte.
Pero a veces… a veces ese mismo optimismo simplemente te mete en problemas más profundos.
No porque seas estúpido. Al contrario: te esfuerzas muchísimo.
Pero porque crees durante demasiado tiempo que el próximo proyecto, la próxima factura, el próximo mes será el punto de inflexión.
Sigues invirtiendo en tu negocio mientras las deudas se acumulan.
Mantienes a tu personal por lealtad, aun cuando sabes que ya no puedes pagarle.
Sigues buscando el crecimiento, mientras tus cimientos tiemblan.
Se convierte en supervivencia en lugar de emprendimiento.
¿Y el peligro que ello supone?
Llegas a un punto en el que estás tan profundo que pierdes de vista tu propia situación.
Todavía miras hacia delante, pero ya no miras correctamente a tu alrededor.
Y lo que se necesita entonces no es una dosis aún mayor de optimismo.
Pero Una pausa. Una nueva perspectiva. Alguien que te mira con honestidad.
Porque el optimismo es hermoso, siempre y cuando esté respaldado por el realismo.
Siempre y cuando te atrevas a reconocer cuando algo ya no funciona.
Mientras te atrevas a decir: “Ya no puedo hacerlo solo”
Porque sólo entonces podremos realmente hacer las cosas de manera diferente.
En Zuidweg & Partners hablamos cada día con empresarios con exactamente este perfil.
Inteligente, motivado, leal, pero también cansado, tenso y cada vez más en números rojos.
¿Qué tienen todos en común?
Habrían preferido haber llamado antes.
Porque el alivio de la deuda no es debilidad. Es valentía. Es liderazgo.
¿Te identificas con esto? No lo dudes. Haz clic en el botón.Solicitar ayuda para la deudaY obtén una visión más clara de tu situación, tranquilidad y control sobre tu futuro. Gratis a través de tu municipio. Porque mereces volver a mirar hacia adelante con confianza y realismo.